02 octubre 2006

Avance de la moda infantil de invierno

La mañana del miércoles 27 amaneció fría, aunque con un tibio sol. A las 9:30 estábamos ya en la casa cuna. A esa hora, los niños pasean por el jardín muy abrigados, todos con gorro y abrigos que, en el caso de Álvaro, son tres tallas mayor. Son sus últimas oportunidades de salir al jardín, ya que en un mes o mes y medio todo quedará cubierto de nieve hasta Abril-Mayo. El día anterior apenas pudimos estar juntos, pero queríamos ver como estaba con sus iguales. Al fin y al cabo, nosotros somos unos extraños para él y su comportamiento puede modificarse. Verlo en directo con todos nos podría dar una idea de su desarrollo psicomotor y de su capacidad relacional.
Nos llevaron a su grupo. Estaba hecho una bolilla, con ese horrible gorro rojo que le tapaba casi toda la cara, su chaquetón y unas espantosas botas, al menos para el gusto de mi esposa, bien definido y conocido por todos. Incluso a mi me parecía desagradable su atuendo. Estaba subido en una moto con una pala rosa de playa. No nos acercamos mucho a él para no cohibirlo. Iba a su bola, pasando del resto. Inma sacó su bolsa y de gusanitos y todos acudieron a ella, él el primero -ahí nos dimos cuenta de que el niño apetito tiene-. Y desde luego su capacidad de estirar la mano y correr detrás de los gusanitos era perfecta. Sus avances en psicomotricidad se confirmaron cuando Inma se dejó la bolsa vacía en el extremo de una pequeña escalera y subió fenomenal en busca de las migajillas de gusanitos restantes.
El momento más bonito fue sin duda cuando su madre, con gran habilidad y con el terreno estudiado, comenzó a hacer pompas de jabón. Suponemos que nunca había visto nada igual, porque comenzó a reir a carcajadas. Qué momento! No me cansaba de hacerle pompas para verle reir, con esa carita tan regordeta. Iba corriendo detrás de ellas que se las pelaba. Fue entrañable.
Viendo que Nikita tenía buen saque, volvimos a intentarlo con los Martínez. Como al parecer es alérgico al chocolate, yo me lo comía - a esas horas ya iba teniendo hambre- y le daba el bizcocho. Y en esta ocasión si que funcionó. Un éxito. Todo iba bien, así que nos fuimos un poco aparte con él y con Pablo -que también se estaba poniendo ciego de gusanitos y pastelitos por aquello de los celos- y nos dimos cuenta de que le hacen gracia los juegos de los bebés. Se reía mucho jugando a esconder la cara con las manos, a dar toques con la cabeza o a hacer palmitas. Esto no es sino muestra de el retraso que puede tener y de que no creemos que se haya jugado mucho con él. A nosotros nos hizo mucha ilusión ver como conseguíamos captar su atención y como se reía con los tres.
Poco después llegó la hora de la comida y se lo llevaron. Pero nos fuimos al autobús bastante relajados y contentos: Álvaro se había reido con nosotros.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridos sobrinos: Yo tambien me he emocionado, viendo a mi nuevo sobrino-nieto en compañía de su hermano y con sus padres.
¡Que suerte contar con unos padres que tienen las cosas tan claras y derrochan tanto amor!
Leyendo los distintos comentarios y viendo la voluntad tan ferrea que os ha guiado a conseguir a vuestro Alvaro, sigo pensando que las Utopías son alcanzables, solo hay que proponerselo y no cejar en el intento.
Su nacimieto tambien es significativo el "Día internacional de la PAZ" ¡Casi ná!. Viene con todos los ingr4edientes para ser una maravillosa criatura.
Dice la tía Nani que empieces a contarle chistes Cabrera, para que se vaya introduciendo poco a poco en la idiosincracia de nuestra familia, aunque nosotros lo queremos como un "cabrerilla" mas.
por mi parte pienso tararearle "el torreznito" para comprobar que su padre ha empezado a introducirlo en nuestra Navidad.
¡Ah para el carnaval, además del Yuyu, no le vendría mal algún cuple de Juan carlos Aragón para que la sensibilidad la vaya absorviendo poco a poco.
Estamos deseando de abrazaros a todos. Un beso.

Carlos Alberto dijo...

Varias cosas. A nuestros tíos Antonio María y Nani, aparte de agradecerles su cariño y seguimiento, comentarles que su llegada será cercana a la Navidad y que los ensayos del torreznito habrá que comenzarlos en el avión para que pille algo, porque creo que la traducción al ruso aún está verde. Y no le va a hacer falta Juan Carlos, para eso está José Ramón que le compondrá varios pasodobles de los de caerse el moquillo y numerosos cupleses en relación a su dieta y su atuendo.
Por otro lado, José Ramón, tus oposiciones te están haciendo patinar las neuronas y la mezcla en un solo comentario de la Junta, Sergei o el Papa son dignos de estudio. Hay que leer varias veces el comentario para poder integrarlo, pero gracias por la parte que nos toca. Y además sabéis los cinco que tenéis mucho, pero que mucho que ver en ésto. Ánimo.

Anónimo dijo...

soy juan antonio, la verdad es que no se que pasa, pero llevo dos comentario enviados y no publicados. profundos, no es que hayan sido. Mayormente, (aquí cito al gran fiti), un poco causticos, así que dudo entre la censura del "santo padre", o mi torpeza innata.
En conclusión, pregunta para Álvaro:¿ como coño te podían poner ese gorro, si parece uno de natación de tres tallas menos? lo hacían con bomba de vacío, verdad?

Anónimo dijo...

Ya no puedo contenerme más y quiero unirme a todos vosotros para plasmar mi sentir y agradeceros los sentimientos que estais suscitando en lo más profundo de mi ser. El conocer yo la "abuela" por boca de mis hijos que querian adoptar un niño, no fué una noticia que me alegrara en el primer momento,(hubiera preferido que fuera de ellos), pero lo acepté bien por amor a ellos y me sentí orgullosa de tener unos hijos con esa nobleza
, esa entrega, esa renuncia a si mismos por una causa tan sensible para mí: Hacer feliz a un niño. He pasado un tiempo de desierto, con el corazón frio, algunas personas nos daban ánimos otras tenían sus dudas pero yo sufría por no sentir ese niño en mi corazón. Fué a partir de ir los padres a Rusia y quedarnos con Pablo cuando tuve que esforzarme por hablarle a mi nieto de su futuro hermanito(todavía no sabíamos que se llamaría Alvaro ) del viaje de sus papás a Rusia
, del avión etc. cuando al olvidarme de mí y pensar en Pablo lo importante que era la forma de hacerselo saber, es cuando se produjo el milagro; despedí a mis hijos, a mi nieto, me subí en el tren, cerré los ojos, me relajé y sentí en mi interior que un niño tenía el corazón helado y era urgente lo sacáramos cuanto antes de allí y sentí un amor muy grande hacia
" el". Los días sucesivos quería volver a sentir esa necesidad de amor hacia el pero se me esfumaba la idea, quería alcanzarla y no venia. Fué en la última semana antes de irse los padres con su hijo cuando dije de corazón "preparemonos espiritualmente para recibirlo y así fué; lo dejé todo en manos de nuestro Padre del cielo y María y yo me relajé mucho.
Tenía miedo que Pablo viajara tan lejos. Los mensajes que fuimos recibiendo nos iban calando y lo saboreábamos todo el día esperando el día siguiente que llegara otro y así hasta que encontré a nuestro Alvaro en la pantalla, al verlo me pareció familiar como si lo hubiera visto en algún otro momento de mi vida y luego me dí cuenta que las lágrimas me estaban empapando la cara; le pasé mis dedos por la carita sobre la pantalla ( que frialdad pero aún así yo deposité ahí mi ternura hecha realidad. Al ir escribiendolo vuelvo a sentirlo y lloro de emoción.