28 junio 2007

Carencias II

El 17 de Noviembre escribí el capítulo carencias, en el que hablaba de la asignación como hecho muy importante y poco tratado en los cursos y en las entrevistas para la idoneidad. Ahora, meses más tarde, veo otra gran carencia acerca de lo que ocurre después. Nadie, o casi nadie, habla claro de las enormes dificultades que esta aventura conlleva cuando verdaderamente empieza, que, como decía Antonio María, es al llegar el niño. Es ahora cuando, hablando con otros padres y sincerándonos, encontramos el fenómeno común de la dureza, la incomprensión de muchos comportamientos, la "sorprendentemente difícil" vinculación -parece que te dan al niño y lo quieres ya a tope a los cuatro días, y cuando ves que no es así, te puede afectar- y otros tantos momentos complicados. De esto no se habla claro. Basicamente te cuentan -en los cursos y los padres de los niños- lo bonito de la historia. Pero la realidad no, y ese choque con las expectativas creadas...
Entiendo que no se hable tan claro. No es fácil ni a veces procedente contarle a cualquiera que te pregunte que lo estás pasando mal con el hijo que tanto deseabas y al que tantísimo te costó conseguir, porque al que no pasa por aquí le costará entenderlo. Es por ello, por esa falta de comprensión, que existen incluso tratados acerca de la depresión postadopción, que, a diferencia de la depresión postparto, apenas se verbaliza por esta escasa comprensión de los que te rodean. Por todo ello, ya digo que entiendo a veces ese silencio. Pero veo absolutamente necesario ser francos con parejas en proceso de adopción. Hay que conocer lo que viene para prepararse y no sentirse un "mal padre/madre", como nos ha pasado a muchos , y vivir este sentimiento tan triste e irreal en soledad y sin poder compartirlo. Y este tema tendría que hablarse con más crudeza y realismo en los cursos y la idoneidad y no hacerlo de puntillas como se hace.

25 junio 2007

Reflexiones: los comentarios

De gran riqueza los comentarios de este blog. Hay momentos míticos, de comentarios entrelazados, gente que se calienta, que se emociona, que acompaña...es esto lo que más hemos sentido en estos meses: acompañamiento y ánimo. A nuestro proyecto se le ha tratado con un cariño exquisito por muchísima gente, personas que nos siguen animando en nuestro quehacer diario en casa con los niños y con las dificultades que a veces nos traen. Y disfrutando con los ratos buenos que vivimos. A esas personas que fueron dejando sus impresiones, sus pensamientos , sus emociones en este blog y a otras muchas que nos las hicieron y hacen llegar en persona les debemos mucho. Y Álvaro se lo va devolviendo en sonrisas.

24 junio 2007

Reflexiones: Tengo papá y mamá.

Releemos las primeras impresiones que Álvaro nos causó aquel 28 de Septiembre....y no podemos Inma y yo sino sonreirnos. Nos llamó la atención su independencia...y hoy ha "acompañado" a Pablo a hacer caca, por poner un ejemplo. Se tiraba solo por el tobogán y ahora protesta con toda la fuerza que puede para que tu lo subas. No es capaz de estar más de dos minutos -digo, dos minutos, ni uno!!- solo sin buscarnos y sin ir gritando "mamaaaaaaaaaaaa´". Aunque a veces nos cansa tanta dependencia, es normal. Nunca ha tenido papá y mamá y ahora nos tiene a este par de dos dándole coba.
También nos ha hecho gracia lo que comía: dos platos, postre, pan...ahora se come las piedras cuando quiere, pero el señor hoy por ejemplo se ha quedado sin almorzar porque no le gustaban los macarrones...es lo que tiene el hacerse mayor y vivir en esta nuestra sociedad. No es más que un signo de normalidad.

Ah!. Y en Rusia se lavaba las manos por su propia iniciativa...y ahora hay que correr tras el rubio.

Occidentalizaciones. Benditas sean, al fin y al cabo.

20 junio 2007

Reflexiones: Aprendiendo unos de otros

Cuando nos dijeron por error que Nikita había nacido en 2004, nos planteamos seriamente su adopción. La cercanía con Pablo hacía plantearnos si era bueno para ambos -principalmente para éste-. Al final, viendo que iban a ser de diferentes cursos, seguimos para adelante.

Ahora llevamos 6 meses de convivencia y en ocasiones pensamos si a Pablo no le hemos hecho una putada en lugar de un favor. Son demasiado "parejos", como dice la gente -me hace gracia esa expresión- y la verdad es a nuestra familia y a nuestra vida en casa le siguen temblando los cimientos. La llegada de Álvaro ha supuesto una verdadera transformación a la que aún tratamos de adaptarnos, aunque las cosas han mejorado muy mucho. Para Pablo ha sido-está siendo- duro en muchos momentos. De hecho, no hay más que ver cómo se comporta él cuando está solo y como lo hace cuando Álvaro merodea por la casa. Son dos Pablos distintos, la cara A y la B de un mismo disco. Y sufre al no ser el gran prota de la casa y no tener los privilegios que ha tenido. Si, como cualquier hermano mayor, pero con un igual impuesto que, de pronto, le tira al suelo sus coches o desordena la fila de cualquier cosa que pueda ponerse en fila.

Pero también hemos observado cosas en estos meses que nos han sorprendido. En esta otra cara de Pablo han aparecido conductas ocultas: agresividad, rabia, protestas...que estaban ahí y que está bien que hayan salido ahora para poder canalizarlas. Y aparecen aspectos muy interesantes: ha mejorado muchisimo en socialización, superación de miedos - lo vemos en los parques como tiene más autonomía, en la piscina, en la playa, donde se encontraba mucho más inhibido- y, en definitiva, es más "niño", con mayor extroversión. Posiblemente esto tenga que ver con su propia maduración, pero el ver a su hermano ha despertado, sin duda, estos aspectos de su personalidad que la hacen más rica.

Por otro lado, nuestra "cabecita loca" que es Álvaro, también va adquiriendo algunos hábitos que copia claramente de Pablo. Ordena sus juguetes y los recoge, es capaz de perdonar y pedir perdón, comparte sus juguetes, se lava los dientes, es capaz de relajarse para leer un cuento...esto, que parece obvio, era inexistente en los primeros meses. Obviamente la guarde y un poquito de nuestro trabajo están ahí, pero ver actuar a Pablo a buen seguro que le estimula en estas conductas.

De todas formas, esto no es nada fácil. Volviendo a lo "parejos que son", a veces la convivencia es complicadisima y se hace muy cuesta arriba. Pero, como dice mi hermano, "este es ahora nuestro trabajo". Ahora y en los próximos años. Y si, hay que tomarselo así, como una gran y apasionante dedicación.

Reflexiones: Títeres

Estoy leyendo el blog. Nunca lo había hecho del tirón y he dedicido que la distancia que el tiempo me otorga y el paso de los acontecimientos me iban hacer tener una visión más objetiva al hacerlo ahora y no antes. Y su lectura me hace reflexionar mucho.

Revivo la ilusión del primer viaje. Los horribles trámites administrativos -que por cierto, no terminan porque hoy mismo me envían el informe del primer seguimiento que hay que traducir y legalizar con la embajada rusa- horribles daban paso a la ilusión y las ganas. Y contemplo con pena como fuimos simples piezas de ajedrez en la jugada que nos tenía diseñada nuestra mediadora. Nuestro entusiasmo, nuestro miedo, nuestras dudas, fueron muy bien conjugados. "Marina tiene mucha psicología", nos dijo alguien. Y que gran verdad. Nuestra tibieza, por ejemplo, con el tema del niño o niña, hizo que actuase a su antojo manejándonos con el capote en los primeros embites. Otros, con una experiencia que ahora tendríamos, fueron más firmes y se llevaron el gato al agua. En "la reunión" dijo a cada uno lo que tenía que decir. Viéndolo con la perspectiva de 9 meses, hoy nosotros tenemos un niño "muy bueno" , algo que repetía hasta la saciedad - y es cierto que lo es, pero se lo decía a todos-; los malagueños los dos niños que ella quiso y que con miles de tretas -entre las que nos incluía a nosotros- y actos histeriformes les acabó "colocando"; los marbellíes una niña de 13 meses - conseguida al mes de nuestro Álvaro y eso que no había niñas- y nuestros paisanos una niña de un año -y eso que no había menores de año y medio-.

Es cierto que nosotros fuimos tibios en ocasiones. Desconocíamos el terreno, desconocíamos -o eramos unos grandes pardillos- el poder del dinero, teníamos miedo al cierre de la adopción -ja ja, Marina se iba a jubilar en navidad y sigue dando niños como siempre-, y, como tantas veces, íbamos de buenos por la vida. Y , habilmente, pues eso.

Esto no quiere decir que no estemos contentos ni satisfechos. De sobra sabemos que Álvaro está aquí porque éramos la familia que el Señor le tenía preparada, porque, no sabemos por qué, él ha sido elegido para desarrollar su vida en este lugar del mundo y en esta que es ya su casa de todas todas. Pero eso no quita el sentimiento de títere que se te queda.