Llegados a este punto

Y llegados a este punto, merece la pena echar la vista atrás y recordar aquellas cosas que nos hicieron llegar hasta aquí. Ilusiones de juventud que se convirtieron en proyectos de pareja. Revivir la noche en la que Pablo nació y el Jueves Santo, día siguiente a su nacimiento. Y la unión de sus primeros meses. Sonreir pensando en la tarde en la que conocimos a Javi y la llama que avivó. Las conversaciones del otoño de 2004. El curso de formación de Mayo, con sus cuatro lunes con sus quebraderos de cabeza y nuestros discernimientos. El fin de semana de nuestro segundo aniversario en el Puerto de Santa María. El cursillo de matrimonios de Junio. Los momentos de oración. El refuerzo que supuso la idoneidad.
Reeditar nuestros planteamientos vitales hechos durante estos meses, nuestra actitud ante la fortuna de nuestra vida.
Y todo esto sin pasar por alto las zancadillas burocráticas, el cierre del país tres meses, el miedo a lo desconocido...
Y es ahora cuando creemos que hay que mirar atrás para tomar impulso y afrontar con serenidad la nueva etapa, en la que creemos firmemente y a la que la Providencia nos lleva.