12 septiembre 2006

GRAN HERMANO

Nuestra experiencia en San Petersburgo se parecía mucho al gran hermano, y ahora , con la distancia de los días, aún más. Allí nos encontramos 4 matrimonios, cada uno con su historia y paranoia particular. No había otra cosa más importante que hacer ni que pensar en todo el día que en lo que iba sucediendo. Y con la cabeza así de caliente, hay veces en las que se te va la pinza, precisamente en momentos en los que tienes que tomar decisiones rápidas. La frialdad que uno puede tener cuando está tranquilo en su casa, se pierde casi por completo allí.
Al pricipio, que si la niña. Y un día pensando ¿Y si nos ofrecen una niña, qué hacemos?. Luego, que el niño. Luego, que de la edad de Pablo. Y venga a darle vueltas a la cabeza, porque hay que tomar decisiones. Y el resto de gente, que si un grupo de hermanos o un hermano solo, que si los hermanos van a distintos orfanatos y no se conocen... y animándonos unos a otros, sin contacto con nadie objetivo que te ponga en un momento los puntos sobre las íes...como en gran hermano. Realmente esto es de lo que más tememos de los próximos viajes. Uno aquí tiene sus planteamientos, sus ideas...pero cuando tienes que realizar el "regate en corto"... es difícil. Y mucho nos tememos que estas situaciones puedan repetirse.
Por otro lado, la convivencia con gente valiente que se mete en este difícil mundo es enriquecedora, y te hace ver muchas veces la suerte que tienes. Tratamientos de fertilidad que han sido un calvario, inseminaciones -hasta 8 en algún caso- años de sequía - hasta 23- llegan a ponerte un nudo en la garganta y valoras lo que para casi todos es normal y natural, como es la paternidad. Hemos vivido con intensidad el deseo de ser padres, con auténtica ansiedad y con felicidad inmensa. Y, repito, nos hemos sentido muy afortunados de nuestra particular situación y de la de todos a los que queremos que son felices con sus hijos.
Desde aquí saludamos a nuestros compañeros de viaje. Que tengáis suerte. Os lo mereceis.

1 comentario:

Carlos Alberto dijo...

Vaya lujo de comentario, compadre. La verdad es que a veces toda la parafernalia que rodea esto te impide centrarte en la idea original y que da sentido a este proyecto, que no es otro que el ser padre y madres de nuevo y que Álvaro los tenga. Cuando pensamos en subirnos en el avión, tenemos miedo por cosas normales: cómo será, como estará, como nos lo encontraremos, como reaccionará...y tu mensaje hace que nos centremos un poco en lo verdaderamente importante.
Por eso esto es como el gran hermano, porque a veces te descentras. Gracias por devolvernos al punto de partida