12 diciembre 2006

Un bello día


Me levanté un poco tenso. A fin de cuentas, era el primer día con Álvaro en Granada. Inma y Pablo se fueron tempranito y allí estaba yo arreglando mi casa. Álvaro se levantó a las 9:45, ole, tras una noche mucho mejor de lo esperado. El desayuno, estupendo. Grandes risas y vasos de leche doblados. Después, a su guarde, a ver cómo íbamos a hacer la integración. Allí bajaron todas sus seños a verlo, hasta la cocinera. Gran emoción y contento por parte de todas. Y él, en su clase, como si toda la vida, pasándolo fenomenal. No quería venirse, pero nos teníamos que ir - a fin de cuentas, no habíamos pagado el día-. Luego , en casa de Isa y Jesús, jugando con los juguetes de los mellis, flipando el tío solo. Un ratito de tobogán , jugando también al esconder con grandes risas, movida en casa con sus juguetes, siesta, visita de la familia Prados, ....un día normal, pero feliz para él...y tranquilo para nosotros. El temor a sus iniciales reacciones se ha ido disipando a medida que las horas han ido transcurriendo y lo vemos bien.
Anécdota, o botón de muestra de cómo de diferentes son nuestros hijos y de lo que tendremos que trabajar. La granja de Pablo, con innumerables tardes de juegos, sólo es para los animales, como Pablo dice. El drama se ha producido cuando Álvaro ha introducido en el establo ni más ni menos que su zapato. A Pablo sólo le ha faltado rasgarse las vestiduras. Gran conflicto. Esto sólo ha hecho empezar.
Pero nos hemos reido mucho con la escena, claro.

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