Parece mentira

No nos lo creemos. Los dos niños acostados por primera vez en casa. Es fuerte. Había pensado muchas veces en este momento, pero es que ahora me parece aún más tremendo. Que trabajo ha costado. Y hablo en dos sentidos. Uno, el más importante, que parece mentira que Álvaro esté ya aquí con lo que ha costado. Otro, que parece mentira que los hayamos acostado con la tarde que hemos tenido de total descontrol. La casa llena de maletas y cosas por recoger por todas partes. Una lavadora tras otra. Y mientras, Álvaro como loco explorando la casa, cogiéndolo todo, sin parar un minuto. Y Pablo, demandando atención. Pero ahí están, los dos acostados sin hacer un ruido que parece que estuviésemos recién casados.

Pero ha habido avances estos dos días. Hasta el viernes por la noche Álvaro no consintió en venirse conmigo. Ayer incluso pudimos echarnos la siesta en Córdoba porque se quedó con los abuelos. Hoy, en Jaen, ha estado fenomenal con su abuela, tíos y primas. Gran avance en su socialización, y eso que ni en Jaén ni en Córdoba se habla ruso.

Por otro lado, hemos mejorado en el baño. Al parecer, allí no los bañaban, sino que utilizaban vapor para frotarles. Los primeros días el baño ha sido un infierno de llanto y rebeldía. Hoy Pablo le ha enseñado a jugar en el baño con los juguetes del agua y...Álvaro se lo ha pasado fenomenal en el baño. Vamos, que no había quien lo sacase. Lo que ocurre es que ha quitado el tapón y se ha quedado sin agua, que si no , allí sigue.

En fin, avances de estos días que esperamos seguir viendo proximamente.