29 noviembre 2006

Preparándonos

Estos días se entremezclan los preparativos con el nerviosismo, la expectación, la ilusión, los miedos a lo desconocido,...pero es la ilusión el sentimiento predominante. Después de muchos meses, vamos a ser cuatro en casa, con sus dificultades, seguro, pero con sus muchos momentos divertidos que nos van a hacer más felices.
La maleta de Álvaro es lo único que está hecho. Inma se ha ido dedicando a ir completándola en las últimas semanas. A falta de pantalones cortos, que se pondrá aquí en cuanto llegue, que nadie lo dude, ha ido recopilando ropa para "occidentalizarlo" lo antes posible. Incluso yo mismo me he sorprendido a mi mismo pidiéndole que hiciera algo para aliviar el desastre estético al que vamos a volver a enfrentarnos en unos días. Ver para creer.
También nos hemos comprado nuestros gorros, botas, guantes, para luchar contra un frío que hasta ahora y sorprendentemente aún no ha llegado en su magnitud habitual a San Petersburgo. Lo normal era ir a un lugar completamente nevado ya y las temperaturas no están bajando de cero casi ningún día. No se si el cambio climático o un año atípico, pero de momento no se está del todo mal.
Los nervios,...pues si, están ahí. No todos los días va a tener uno un hijo, no?. Es normal, pero se controlan.
El lunes será el juicio. Por lo visto, el padre y cabeza de familia -allí funcionan así- tiene que contarle un discurso al juez acerca de sus motivaciones, cómo es su familia, cómo está de pasta, que vida va a tener el niño aquí, y , curioso, acerca de la religión que vamos a transmitir al niño. Bautizado ya como ortodoxo, hay que cuidar mucho las respuestas y darlas políticamente correctas en este tema porque son muy sensibles. Así que, de momento , omitiremos algunas cosas, entre otras los momentos cofrades, por si no entienden mucho de que va el tema.
Seguimos presionando para intentar tener el pasaporte el día 6. Esto nos permitiría viajar a Moscú ese mismo día y el 7 sacar el visado y poder volvernos el 8 o el 9. Si no lo conseguimos, weekend en Moscú. Desconocemos la iluminación navideña-ortodoxa de la capital rusa. Igual es un atractivo.
Se descarta llevar de nuevo el traje de pana al juicio. Las maletas van hasta arriba y el juez se lo pierde. Me verá de calle, aunque trataremos de ir monos.
Pablo nos dice que el no va a ir a Rusia, que no quiere ver a Luba, ni a Marina, ni a Sergey ni al autobús. Que se queda con los abuelos. Este si que sabe. Pero sigue hablando todos los días de Álvaro y de las cosas que le vamos a enseñar.
Bueno, que voy a seguir preparando cosas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo va a salir bien. Me lo ha dicho un viejo conocido en el Sagrario de San Pablo.

Carlos Alberto dijo...

Dile a ese conocido común que le eche un vistazo al rubiales ruso y al rubillo granadino que nos dejamos aquí, y que en cuanto podamos vamos a darle una vuelta.