18 enero 2007

Saliendo de la casa cuna.

Una vez que vestimos a Álvaro, nos fuimos de nuevo a la sala de música. Teníamos que esperar a Rafa y a María, que venían de la otra casa con Juan Antonio a recoger a Manuel, así que había casi dos horas por delante, con Álvaro sin dejar de llorar. Pero no nos vinimos abajo, así que volvimos a utilizar toda nuestra artillería para que se sintiera cómodo. Sacamos los animales que llevábamos, juegos, las pompas de nuevo...en esos momentos desconocíamos que Álvaro no sabe jugar. Nadie, pensamos, ha jugado nunca con él y no es capaz de centrarse con ningún juego. Ahora lo sabemos y aún nos cuesta este aspecto. Todo cambió cuando llegó la hora de la merienda. Un potito de fruta de Hero, el primero que tomaba en su vida, cambió la historia. Se lo tomó del tirón, fliplando y pidiendo más. Así que le dimos un Actimel. De momento, no se lo tomó, le supo raro -nunca había tomado lácteos-. Se nos ocurrió dárselo en el potito vacío...y se tomó el Actimel. Todo un triunfo.
Su madre tomó cartas en el asunto. Le echamos colonia -hasta el baño no podríamos quitarle ese olor de la casa cuna- y le pusimos raya a un lado. Finalmente,llegaron Rafa, María y Juan Antonio, recogimos a Manuel y nos fuimos.
Nos íbamos de la casa cuna. Por fin. Nada de nostalgias, por favor. Nos íbamos por fin de ese lugar que nos había aportado ninguna sensación positiva. Allí encontramos a Nikita y nos íbamos con Álvaro. Por vez primera nuestro hijo salía de ese recinto. Él no era consciente, obviamente, de de la trascendencia del momento. Nosotros si. Sabíamos que en su vida, desde entonces, tenía un antes y un después. Su vida y la nuestra. El taxi de Yuri nos conducía a un destino incierto para todos, arriesgado, pero lleno de ilusiones y esperanzas en una vida mejor para él. La ternura con la Inma llevaba en brazos en el taxi a Álvaro no se podrá nunca borrar de mi memoria ni se diluirá la emoción que sentí.
Álvaro veía el exterior por primera vez, las iluminación de las calles de su ciudad. El sol de Andalucía no tardaría en llegar.

No hay comentarios: