Se me pone la piel de gallina y me vuelvo a emocionar releyendo los días previos a la llegada de Álvaro, a final de Noviembre. Ese telediario de José Ramón tendrá mas valor a medida que el tiempo vaya pasando. Esos dias de final de Noviembre, con esos miedos ante lo que se nos venía encima, esos últimos días solos con Pablo, conscientes de que nuestra vida cambiaba... pienso en cuando Álvaro lea eso. Pienso en cuando se de cuenta de lo que supuso para nosotros , para nuestra familia, sus amigos, de la cantidad de gente que se conectaba a diario al blog para conocer cosas...pienso en los 46 niños que han venido en 2006 a Granada por la vía de la adopción, esos 46 afortunados a los que el destino les ha traido aquí, que han tenido esa enorme suerte.
Ahora, al ver a Álvaro con sus manguitos naranjas en la piscina, feliz como una perdiz, cuando en su memoria supongo que se irá diluyendo su pasado, no puedo evitar emocionarme.
Qué lejos parecen quedar aquellas noches de Noviembre, pero que vivo su recuerdo.
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