20 junio 2007

Reflexiones: Aprendiendo unos de otros

Cuando nos dijeron por error que Nikita había nacido en 2004, nos planteamos seriamente su adopción. La cercanía con Pablo hacía plantearnos si era bueno para ambos -principalmente para éste-. Al final, viendo que iban a ser de diferentes cursos, seguimos para adelante.

Ahora llevamos 6 meses de convivencia y en ocasiones pensamos si a Pablo no le hemos hecho una putada en lugar de un favor. Son demasiado "parejos", como dice la gente -me hace gracia esa expresión- y la verdad es a nuestra familia y a nuestra vida en casa le siguen temblando los cimientos. La llegada de Álvaro ha supuesto una verdadera transformación a la que aún tratamos de adaptarnos, aunque las cosas han mejorado muy mucho. Para Pablo ha sido-está siendo- duro en muchos momentos. De hecho, no hay más que ver cómo se comporta él cuando está solo y como lo hace cuando Álvaro merodea por la casa. Son dos Pablos distintos, la cara A y la B de un mismo disco. Y sufre al no ser el gran prota de la casa y no tener los privilegios que ha tenido. Si, como cualquier hermano mayor, pero con un igual impuesto que, de pronto, le tira al suelo sus coches o desordena la fila de cualquier cosa que pueda ponerse en fila.

Pero también hemos observado cosas en estos meses que nos han sorprendido. En esta otra cara de Pablo han aparecido conductas ocultas: agresividad, rabia, protestas...que estaban ahí y que está bien que hayan salido ahora para poder canalizarlas. Y aparecen aspectos muy interesantes: ha mejorado muchisimo en socialización, superación de miedos - lo vemos en los parques como tiene más autonomía, en la piscina, en la playa, donde se encontraba mucho más inhibido- y, en definitiva, es más "niño", con mayor extroversión. Posiblemente esto tenga que ver con su propia maduración, pero el ver a su hermano ha despertado, sin duda, estos aspectos de su personalidad que la hacen más rica.

Por otro lado, nuestra "cabecita loca" que es Álvaro, también va adquiriendo algunos hábitos que copia claramente de Pablo. Ordena sus juguetes y los recoge, es capaz de perdonar y pedir perdón, comparte sus juguetes, se lava los dientes, es capaz de relajarse para leer un cuento...esto, que parece obvio, era inexistente en los primeros meses. Obviamente la guarde y un poquito de nuestro trabajo están ahí, pero ver actuar a Pablo a buen seguro que le estimula en estas conductas.

De todas formas, esto no es nada fácil. Volviendo a lo "parejos que son", a veces la convivencia es complicadisima y se hace muy cuesta arriba. Pero, como dice mi hermano, "este es ahora nuestro trabajo". Ahora y en los próximos años. Y si, hay que tomarselo así, como una gran y apasionante dedicación.

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